
Susana trata de no parecerlo de a mucho, pero el azucar se le sale por la punta de los dedos, los mismos dedos con los que ha hecho sus "Dulces" cuadros de caramelo y chocolate o los mismos que se ha quemado más de una vez fundiendo corazones de parafina; pero seguro que si alguna vez se ha topado con ella en Bellas Artes más que fragilidad le ha notado los dos años de entrenamiento de karate o el acento psicoanalítico de sus preocupaciones. Susana Bacca trata de demostrar una vez tras otra con su estética kitsch que dulce y triste pueden ir agarrados de la mano al corazón.
Si se la perdió en en la última versión del Salón de Arte Universitario "Visiones" no deje de ver sus colaboraciones en Circorígidos, el lugar perfecto para cocinar con la dulzura de Susana un exquisito almibar agridulce.
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